Si no tiene tiempo ahora mismo no lea este artículo porque no va a llegar al final.
Ha quedado muy largo.
No creo que llegue hasta el final, pero si lo hace por favor escríbame y cuénteme qué le ha parecido, en qué está de acuerdo y en qué no.
¿Quiénes son los ladrones que roban el tiempo a su hijo?
¿Por qué su hijo está instaurado en la desidia?
¿Por qué parece que está cansado todo el tiempo?
¿Por qué no apaga el móvil de una vez?
Episodio 31
PRÓLOGO
Primer episodio de este año 2022 y ya es el número 31 en total. El año pasado elaboré una lista de propósitos que me hacía a mí mismo. Hace poco, en redes sociales, publicaba que lo realmente importante no es tanto elaborar esas listas, que por supuesto que tienen su relevancia, sino tener la valentía de llevar la vista atrás y realizar una adecuada evaluación de los objetivos felizmente conseguidos, de aquellos que se han quedado a medias y de esos otros, muchos o pocos, que han sucumbido al fracaso estrepitoso.
Yo he echado mis propias cuentas y debo compartir con usted que estoy contento porque tengo de las tres categorías. Por lo tanto debo seguir así, esforzándome, programando bien y afrontando los resultados futuros.
Esta vez, no tiene sentido volver a compartir con usted mis propósitos de este año, porque estos Episodios no están pensados como un diario en el que comparto mis días célebres o mi vida, sino que es un espacio en el que intento generar reflexión, ya sabe que este es mi intención desde el principio y si con ello puedo fomentar aprendizajes pues mejor que mejor. Doy por hecho, que usted ya es consciente de cómo y por qué debe plantearse objetivos anuales, si no es así y solo por si acaso, aquí le dejo el link a aquel Episodio 6 en el que hablaba sobre ello.
He dicho recientemente que mi editor tiene un espacio en el que comparte aquellos libros que le han gustado o que le han “re”movido, la verdad es que me gusta mucho esa fuerza por compartir contenidos de calidad, aquí le dejo otro link en el que poder ver a lo que me refiero, no se lo pierdan, es un lujo leer a Jordi Nadal.
Emulando a mi editor publiqué hace poco que he leído este 2021 un total de 23 libros. Me he dejado 2 con los que voy avanzando y que no pueden entrar en la lista ya que no están terminados. Estos dos libros son DUNE y EL ESTUDIO DE CHINA. Impresionantes ambos, pero como no los he terminado no hablo más de ellos.
Dejo aquí una lista de estos queridos 23 libros que me han acompañado durante este precioso 2021. Para mí ha sido un año importante, principalmente en el plano familiar, pero el personal y profesional no le han quedado lejos. Me siento un afortunado, pero no por haber tenido suerte (que por supuesto que la he tenido y mucho) sino porque siento que he luchado cada uno de los hitos que he conseguido. La planificación en todos ellos ha sido fundamental. Este año, he publicado mi libro Cómo prevenir conflictos con adolescentes en enero y en diciembre ha llegado a la 2ª edición, culminando así un año que entre medias ha tenido muchísimo… amor.
Aquí van esos libros.
1.- EL DEBER MORAL DE SER INTELIGENTE. Gregorio Luri
2.- EL ARTE DE AMARGARSE LA VIDA. Paul Watzlawick
3.- LA INVENCIÓN DE LA BICICLETA. Jordi Nadal
4.- SILENCIO, SE ENSEÑA. Michele Fumagalli
5.- UN PROFESOR SE DESPIDE. Ricardo Fernández Aguilà
6.- LIBROTERAPIA. Jordi Nadal
7.- LA LIBRETA. Xesco Espar
8.- CONTRA LA NUEVA EDUCACIÓN. Alberto Royo
9.- FÍSICA CUÁNTICA PARA HIPPIES. Lukas Neumeier y James Douglas
10.- CUANDO EL CEREBRO DICE BASTA. Mariano Alló
11.- HIJOS CON ALTAS CAPACIDADES. Olga Carmona y Alejandro Busto
12.- APRENDE A DESCANSAR. Jana Fernández
13.- CAMUS. Virgil Tanase
14.- UNIVERSO MICROBIOTA. Silvia Gómez Senent
15.- ALIMENTACIÓN PREBIÓTICA. Cañellas, Sanchís, Aguado y Redondo
16.- HAY COSAS MÁS IMPORTANTES QUE SALVAR EL MUNDO. B. Ferencz
17.- LA ANOMALÍA. Hervé Le Tellier
18.- DESNUDO QUERER. Mark Salter
19.- 1984. George Orwell
20.- ROBINSON CRUSOE. Daniel Defoe
21.- NO COSAS. Byung-Chul Han
22.- INDIAN CREEK Pete Fromm
23.- EL CEREBRO DEL NIÑO EXPLICADO A LOS PADRES. Álvaro Bilbao (Relectura)
24.- LO QUE NUNCA SABRÉ DE TERESA. Martín Llade
Me doy cuenta ahora que me equivoqué, no eran 23 sino 24. Bueno, ¿qué más da?
INTRODUCCIÓN
Tengo una teoría.
Cada vez que decimos la famosa frase de “…No tengo tiempo…” nos estamos mintiendo. Nos estamos haciendo un flaco favor.
Verdaderamente decimos esta frase porque así la creemos, pero mi teoría es que por supuesto que tenemos tiempo, la única diferencia es que decidimos invertirlo en otras cosas.
Desde mi perspectiva, solo existen dos circunstancias en la que usted verdaderamente no tiene tiempo.
1. Si está en la Cárcel.
2. Si está enfermo en la cama o en el hospital.
El resto de situaciones son decisiones de usted.
Sí, usted decide ir a trabajar, ir a hacer la compra, llevar a los niños al colegio, recoger y limpiar la casa, usted decide cuidar de sus hijos cuando están enfermos, …todo son decisiones suyas. Por supuesto que usted podrá argumentar, “pero, bueno, es que he tenido a los dos hijos enfermos en casa, tenía que cuidarles, no he tenido tiempo”. Mi idea es que por supuesto que ha tenido tiempo y, precisamente, porque usted es responsable ha decidido emplearlo en cuidar a sus hijos. Este es un ejemplo evidente, pero hay otros más sutiles con los que creo que podrá entender mucho mejor mi argumentación.
Imagínese, que le escribe ese amigo del alma, con el que no queda desde hace bastante tiempo a pesar de que usted realmente le quiere, se lo pasa bien con él y de hecho le encantaría quedar con él, pero no lo hace. Seguramente la respuesta más evidente, fácil y erróneamente sincera es la de “no he tenido tiempo porque…” la frase a partir de los puntos suspensivos continúa con una innumerable sucesión de argumentos coherentes que no hacen otra cosa que “justificar” una decisión que usted ha tomado conscientemente. Usted no ha querido ir a ver a ese amigo porque ha preferido invertir ese tiempo en hacer otras cosas.
Si en vez de decir “no he tenido tiempo”, usted modifica la frase por “lo siento amigo, pero he decidido invertir el tiempo en otras cosas como…” lo que está haciendo es un ejercicio de sinceridad y de empoderamiento. Usted no se está lamentando con excusas, usted está poniendo encima de la mesa el orden de sus preferencias.
Claro, aquí la trampa se esconde en si realmente usted ha preferido hacer ese resto de cosas antes que ir a ver a su amigo o si por el contrario no ha sido capaz de otorgarle a su amigo el tiempo que usted realmente quería, pero ese es ya otro problema. Es el problema de que usted no es dueño de su tiempo. Alguien o algo maneja su tiempo. Aquí, lo lamento, pero usted tiene un problema importante.
Usted está rodeado de LADRONES DE TIEMPO.
Usted no los ahuyenta posiblemente por tres razones, a cada cual más grave.
No se atreve a defenderse de esos ladrones y permite que le roben su tiempo.
No sabe quiénes son esos ladrones que le están robando.
Ni siquiera es consciente de que está rodeado de ladrones que le roban su tiempo, usted sigue creyendo que es dueño de su tiempo cuando no es así.
DESENLACE
Ahora sí, aquí viene lo importante.
A riesgo de equivocarme y según los casos que llevo atiendo desde el principio de mi trayectoria profesional, los adolescentes que están instaurados en la desidia y que presentan un nivel de productividad mucho más bajo que sus capacidades y que, por lo tanto, parecen cansados e infelices todo el día se encuentran en el tercer escenario descrito anteriormente.
Tienen ladrones que les roban el tiempo y ni siquiera son conscientes de estar rodeados de ellos.
Y en respuesta al común de las respuestas, creo que no, el principal ladrón de tiempo de su hijo NO ES EL MÓVIL.
El principal ladrón de tiempo de su hijo es el ALGORITMO.
El maldito algoritmo.
¿Se acuerda de cuando era usted joven y se perdía parte de las tardes haciendo “zapping”?
El maldito algoritmo es algo así, pero perfeccionado a la máxima potencia.
Hay un ejército de tipos inteligentísimos que ahora mismo están reunidos en Silicon Valley o donde sea programando y programando y programando y optimizando los números del BIG DATA para que cada vez que su hijo (que usted) hace “zapping” en su móvil le aparezcan “sugerencias absolutamente irrechazables”.
Es básicamente imposible que usted compita contra una legión de informáticos que conocen qué partes del cerebro de su hijo estimular para que no retire la mirada en la pantalla.
A mí me tienen loco los algoritmos ahora mismo de Youtube, Instagram y Google con imágenes maravillosas de Escalada, de Beethoven, de las Islas Cook y de Leonardo di Caprio. ¿Cómo lo saben? Ni idea, pero me es muy difícil apagar el móvil para ir a leer cuando veo una foto de Aitutaki o de Baremboin dirigiendo la 3ª de Beethoven.
Aún así, este año he ganado al algoritmo esas 24 veces.
SOLUCIÓN
Vale, ¿y cuál es el antídoto?
Yo solo conozco una estrategia ganadora que he podido ir contrastando y confirmando a lo largo de mis años de trabajo. Tiene garantías contrastadas, pero requiere de mucha paciencia y perseverancia por parte de los padres porque es literalmente desesperante la mayor parte de las veces, no obstante, al final aquí sí ganan los buenos. Siempre que exista la paciencia y la perseverancia.
No intente competir contra los frikis informáticos de Silicon Valley, las apps de control parental están bien, son útiles porque de alguna manera nos permiten controlar los tiempos y contenidos que nuestros hijos “malgastan” mirando el móvil, pero de nuevo, no queremos hijos controlados queremos hijos adolescentes autónomos. Que sean capaces de decidir cuándo quieren continuar viendo esos videos sin sentido de Youtube y cuando han tenido suficiente y prefieren abrir su libro o acercarse a la cocina a ver qué hay de cenar.
Sí, de verdad, hay adolescentes que leen y mucho, también hay adolescentes que antes de cenar hablan con sus padres.
Para ello, es cierto que en un primer momento, en una primera fase las apps de control parental son hasta necesarias, pero el objetivo es que usted pueda olvidarse de ellas porque ha enseñado a su hijo a protegerse y a que no le roben el tiempo.
Recuerde, no está mal que su hijo adolescente ya mayorcito haga uso de su móvil (aunque yo defiendo que la edad idónea serían los 18 años, quizás los 16…ya sé que puedo estar un poco loco al plantear esto, pero al igual que el alcohol no tiene ningún beneficio para la salud a ninguna edad, un móvil a edades tempranas tampoco lo tiene) lo que está mal y además es un lacra importante para su familia es que el dispositivo móvil le robe tiempo a su hijo y él no se dé ni cuenta.
Le propongo este menú como receta mágica y que nunca ha fallado (a largo plazo, claro) porque no hay algoritmo que pueda con este menú.
Ejemplo, Naturaleza y Cultura.
Entrante: Sea usted el primer ejemplo. Si no hay este «entrante» de nada sirve el resto del menú.
Primer Plato: Una buena dosis de naturaleza, pura y salvaje naturaleza. Aire libre.
Segunda Plato: Cultura. Recuerde que cualquier cosa que podamos decir los humanos actuales, ya ha sido dicha y mucho mejor por los grandes clásicos hace tiempo.
Postre: Ninguno. Si ha tomado los tres anteriores, la comida habrá sido tan buena que no les hará falta ningún postre.
En Atenas, la Grecia Clásica a 10 de enero de 2022.
Dedicado a todos los programadores informáticos que trabajan optimizando los algoritmos.
Recomendación: Tercer Movimiento (Presto Agitato) de la Sonata Nº 14 de L.v.Beethoven.