¿Qué es un geolocalizador? ¿Es bueno o conveniente que lo instalemos en el teléfono de nuestro hijo adolescente?
¿Estaremos traspasando la línea moral de «meternos en su intimidad»?
Este Episodio 13 lo he enunciado como «A propósito de Geolocalizadores» y verdaderamente continuo absorto en él.
Estas últimas semanas estoy manteniendo muchas conversaciones con periodistas y con familias sobre la adolescencia. Es normal, me encuentro en plena promoción del libro que recientemente he publicado “Cómo prevenir conflictos con adolescentes” y la verdad es que estoy disfrutando enormemente cada una de estas conversaciones.
En todas ellas, me exponen preguntas y cuestiones a las que estoy acostumbrado, lo que no deja de suponer un reto a la hora de responderlas, porque una cosa es lo que yo pienso, otra lo que quiero decir y, finalmente, otra la que el oyente escucha e interpreta. En esta travesía y camino, la realidad es que estoy aprendiendo muchísimo porque las devoluciones y <<feedbacks>> normalmente están siendo bien generosos, pero escucharme y analizar cada intervención está siendo un duro ejercicio de autoanálisis. Ese del que siempre hablo, ese del que precisamente intento que los padres y lectores realicen a través de los capítulos de mi libro.
Cada vez que sale publicada una entrevista en cualquier medio, soy mi principal crítico, me escucho, me veo, me observo, me entiendo, me perdono y me ayudo a mejorar cada vez. Es muy interesante acabar una entrevista y tener una opinión en base a una sensación reciente y poder contrastar esa “auto valoración inicial” con un análisis más pausado y neutral desprovista de la carga emocional del directo, cuando la analizas días después. En este sentido, releo ahora las distintas actividades o ejercicios que propongo en el libro y confirmo la importancia de realizar “auto-registros” como una herramienta valiosísima para poder comprendernos cada vez más y para poder mejorar en cualquier tarea a la que nos enfrentemos.
En el Bloque III del libro, llamado “Resolviendo conflictos” me centré en desarrollar mi punto de vista sobre aquellos principales problemas a los que se enfrentan los padres en el día a día con un hijo adolescente. Yo quería “meterme en el charco” con cada una de estas situaciones, porque sabía que era importante no quedarse en lo abstracto y era necesario “bajar” a lo concreto, pero es que verdaderamente disfruté con cada planteamiento que dejé por escrito en el libro.
Sin embargo, la vida no cesa en su ritmo y frenética innovación. En estos días y semanas de promoción curiosamente me he tropezado con una pregunta o cuestión recurrente en la que no había reparado aún: Los geolocalizadores.
Resulta que está muy en auge en estos momentos instalar una app o una extensión o lo que quiera que sea necesario en los teléfonos móviles de los hijos, con el fin de poder tener la información al momento y guardada para siempre, de por dónde exactamente se ha movido nuestro hijo. Algo así como la ruta que ha recorrido nuestro coche, pero en este caso tratándose de nuestro hijo. Me preguntan recurrentemente si esta “herramienta” es un método positivo para “controlar” los movimientos de nuestros hijos.
Si usted ha leído mi libro o alguno de los episodios recogidos en esta sección llamada “Reflexiones” y que no es otra cosa que un “blog” tal y como ya comenté en el Episodio 1 “Declaración de intenciones” más o menos ya podrá ir afinando cuál puede ser mi punto de vista.
No quisiera extenderme esta vez en este episodio, más bien, me gustaría que la brevedad ya en sí misma fuera una respuesta. Así que voy a plantear dos claves para que usted pueda llegar a extraer sus propias conclusiones, que como siempre indico son las realmente importantes, las suyas, no las mías.
Agregación, 22 de febrero de 2021
Dedicado a Bibiana Ripol y su equipo. Por su trabajo, confianza y cariño.
Recomendación: Sinfonía Nº 9 (del Nuevo Mundo). Antonin Dvorak.